Cuando por primera vez les hablé a mis padres de mi intención de encontrar a mis progenitores se sobresaltaron un poco pero no se extrañaron desmesuradamente por ello. Sabían que este momento llegaría tarde o temprano. Entendieron perfectamente que quisiera saber más acerca de mis orígenes. De hecho, habían sido muy respetuosos con éstos, nunca cambiaron por ejemplo mi nombre de pila ni me lo “españolarizaron”, me llamaba Jia Li (que significa en chino “buena y hermosa”), tal y como me habían bautizado mis padres biológicos. Al poco tiempo, mis padres y yo nos pusimos a buscar un gabinete de investigación que fuera serio, y así fue como caímos con el despacho de
Castellana Detectives. Según la descripción que leímos y las distintas opiniones que pudimos encontrar sobre éste, parecía tratarse de uno de los más prestigiosos despachos de Investigación Privada de España, tanto a nivel nacional como internacional. Les dejamos pues un mensaje y al día siguiente nos llamaron para concertar una cita. Lo recuerdo todo perfectamente como si fuese ayer…