La mayoría de nosotros no somos expertos en economía, ni controlamos los vaivenes de la bolsa, ni tampoco somos eminentes abogados contables en un despacho de Alicante. Desconocemos los recovecos de la ingeniería financiera y, por mucho que lo intentemos, siempre nos parece que no nos dicen toda la verdad a la hora de firmar una hipoteca. En un asunto tan delicado como es el patrimonio personal, es mejor estar seguro de los pasos que vamos a dar antes de realizar cualquier acción y arriesgar nuestros ahorros, más si cabe con la actual crisis financiera que nos asola.
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