Asesoramiento para tu hipoteca

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La mayoría de nosotros no somos expertos en economía, ni controlamos los vaivenes de la bolsa, ni tampoco somos eminentes abogados contables en un despacho de Alicante. Desconocemos los recovecos de la ingeniería financiera y, por mucho que lo intentemos, siempre nos parece que no nos dicen toda la verdad a la hora de firmar una hipoteca. En un asunto tan delicado como es el patrimonio personal, es mejor estar seguro de los pasos que vamos a dar antes de realizar cualquier acción y arriesgar nuestros ahorros, más si cabe con la actual crisis financiera que nos asola.

Cuando hipotecamos, lo que hacemos es gravar bienes en forma de inmuebles como garantía por un crédito, dejándolos sujetos al cumplimiento de ciertas obligaciones con la entidad que nos haya concedido dicho crédito. Con certeza, uno de los mayores problemas al que nos enfrentamos a la hora de tramitar hipotecas es la poca transparencia que ofrecen casi todos los bancos en el momento de mostrar los inconvenientes y los porcentajes negativos que pueden esconder esta clase de operaciones. Además, si no ofrecemos unos avales firmes que garanticen una estabilidad económica aceptable, las condiciones que nos ofrecen suelen estar muy por debajo de lo rentable o directamente se niegan a alcanzar ningún tipo de acuerdo. Aunque tradicionalmente éste era un proceso del que solían ocuparse casi totalmente las cajas de ahorros, en los últimos tiempos ha aumentado la presencia en este terreno de otro tipo de entidades bancarias, favoreciéndose así la competencia y aumentando considerablemente tanto el abanico de productos como las estrategias comerciales. 

Por todo esto, contar con la ayuda de una asesoría fiscal puede ser algo decisivo para conseguir nuestro objetivo con las mejores condiciones. Las asesorías se crean con el firme propósito de proporcionar, tanto a particulares como a empresarios, una solución a la repercusión impositiva de su actividad e intentar rebajar los gastos y tasas de sus clientes analizando las opciones legales disponibles. Las asesorías suelen asegurar un trato ajustado a las características de la vida o negocio del cliente con el fin de encontrar las soluciones óptimas en cada caso particular. En los últimos diez años el mercado de las hipotecas se ha visto incrementado por diferentes factores, como los residenciales (los desplazamientos poblacionales en todo el territorio y las variaciones del modelo familiar clásico, además de la solicitud de segundas viviendas), los de mercado (la burbuja inmobiliaria y el crecimiento exagerado del valor del suelo y de los costes de edificación), los asociados al ahorro ofreciendo las propiedades como una alternativa más de inversión, etc.

Observando la multitud de aspectos que influyen a la hora de negociar una hipoteca nos damos cuenta de la complejidad que puede llegar a suponer. La gran ventaja de buscar consejo en una asesoría es que disponen de profesionales cualificados en cada área, abogados y contables totalmente preparados para lidiar con estas situaciones y obtener el máximo beneficio posible para su clientela. Dentro de las asesorías se dividen según las distintas áreas de trabajo que cubran. Principalmente se ocupan de darnos soporte en cuatro aspectos: un área contable y mercantil que se encarga de examinar las cuentas con el fin de rebajar gastos e impuestos de una forma mensual e informando sobre la viabilidad y rentabilidad que podemos obtener de nuestra empresa. Otro área es el de los aspectos jurídicos, que se ocupa de la defensa del cliente ante posibles fraude, la mediación entre distintas partes, reclamaciones administrativas o interponiendo las denuncias y querellas pertinentes llegado el caso. El aspecto fiscal y tributario trata de examinar las posibilidades fiscales y tributarias óptimas para obtener una ganancia máxima, intentando conocer siempre qué comisiones nos pretenden cobrar y qué valor representan éstas sobre la propiedad, conociendo los impuestos del cliente para sortear con antelación algún sobresalto inesperado. Por supuesto también existe un área de asesoría laboral que se esfuerza en hallar además los mejores contratos y subvenciones disponibles brindadas por la administración. Aparte de las capacidades que nos muestran como garantía de su fiabilidad, un asesor fiscal supone otras ventajas interesantes. Por lo general, disponen de acuerdos preestablecidos con multitud de entidades bancarias, lo que supone un conocimiento de cuáles ofrecen hipotecas, en qué condiciones y a qué tipo de clientes (vida laboral, si eres autónomo, residente, inmigrante, etc.), por lo que fácilmente logren entablar acuerdos más baratos. Aparte de los motivos económicos, los asesores se hallan regulados por el Instituto Nacional de Consumo de España, adquiriendo una responsabilidad de ser absolutamente claros en la comunicación de los servicios que pueden proporcionar y sus honorarios al respecto (dependiendo si se consigue o no la hipoteca en algunos casos). El asesor ha de explicar detalladamente los detalles de nuestras solicitudes y de los requerimientos que nos pide el banco, mostrándonos los puntos fuertes según la condición económica del asesorado y ofreciendo alternativas para aportar avales que quizá restaban inadvertidas. Si tiene dudas en materia financiera, fiscal o laboral, un asesor es claramente la mejor opción que puede tomar.

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