Uno no puede hacer demasiados planes en esta vida porque al final pueden influir otros factores y el panorama cambiar de forma radical. Nosotros vivíamos bien en Barcelona, una zona relativamente tranquila y estábamos pensando más en comprar una vivienda más para el verano que el movernos de lugar. El caso es que mi suegro comenzó a tener despistes que luego se fueron agravando y que terminaron por desgracia en un Alzheimer que nos hizo tener que estar más en San Boi que en nuestra casa.
Una residencia que merece la pena
Al final se hizo imposible y tuvimos que buscar una residencia, donde optamos por Benviure, una residencia de la que solo podemos decir grandes cosas por el gran nivel de sus profesionales e instalaciones. Mi suegro desde que está allí se le ve la mar de feliz y nosotros contentos porque al menos, sabemos que está con profesionales que además adoran su profesión.
Al final de tanto ir a visitar al suegro, le tomamos cariño a San Boi y tomamos la decisión de mudarnos a un barrio no muy lejano de la residencia. Así podíamos ir cuando quisiéramos. Lo que fue algo pesado fue dar con el piso que nos gustara exactamente y que nos concediesen la hipoteca, algo bastante común actualmente.
La verdad es que no nos apetecía mucho meternos en una hipoteca nueva, pero bueno, alquilamos el piso donde vivíamos en Barcelona que era más caro y nos sacábamos un extra bastante majo con el que comíamos todos los meses.
Meterse en una hipoteca siempre es un poco como cargarse la mochila con unas piedras pesadas, pero, al menos en mi opinión, mejor es esto y tener la propiedad de la casa que estás pagando, que no un alquiler que casi lo vemos como tirar el dinero.
El piso que compramos era un dúplex con un terrenillo majo, así que se puede decir que pasamos de un coqueto piso en Barcelona, pero de tamaño más bien reducido (80 m2), a un dúplex de más del doble de tamaño. En calidad de vida desde luego que hemos mejorado y ahora si nos dicen de volver a vivir en Barcelona nos lo pensaríamos mucho. Supongo que al haber tenido niños ves las cosas de otra manera y valoras más el espacio para el esparcimiento.
Mi consejo es que os penséis bien en meteros en una hipoteca. Como he dicho, para mí siempre es mejor que meterse en un alquiler, pero según las circunstancias, ya que hay personas que, por temas de movilidad laboral, no pueden “atarse” a vivir en un sitio.
En nuestro caso, por el tema del suegro no nos ha quedado más remedio, pero esto es así, al menos nos ha valido para tener mejor calidad de vida y ver nuestro día a día de una forma algo más pausada. Hay que intentar ver las cosas buenas, aunque como imaginaréis, nos hubiera gustado que el padre de mi mujer estuviera bien y habernos quedado sin meternos en una hipoteca nueva. Sea como fuere, es lo que hay y debemos acostumbrarnos.