Monopoly es un juego de mesa basado en el intercambio y la compraventa de bienes y es uno de los juegos de mesa comerciales más vendidos del mundo. El objetivo del juego es formar un monopolio de oferta, poseyendo todas las propiedades inmuebles que aparecen en el juego. Los jugadores mueven sus fichas por turnos en un tablero, basándose en la puntuación de los dados, y caen en propiedades que pueden comprar de un banco imaginario, o dejar que el banco las subaste en caso de no ser compradas. Si las propiedades en las que caen ya tienen dueños, los dueños pueden cobrar por pasar por su propiedad o quien caiga podrá comprárselas, en caso de avanzar con casualidad o arca comunal no se pueden comprar las propiedades.
Las reglas del juego
- Si un jugador va a parar a un terreno sin propietario, tiene la opción de comprarlo al banco.
- Si decide comprar la propiedad, el jugador paga al banco el valor estipulado en el Título de Propiedad y recibe la carta que lo hace propietario. El jugador emplaza la carta, boca arriba, frente a él. A partir de entonces, podrá cobrar un alquiler a cada jugador que aterrice en esa casilla.
- Si el jugador no compra la propiedad, el banquero la gana en subasta. Cualquiera puede participar en la subasta, y la propiedad va a parar a manos de quien realiza la puja más elevada. Éste paga inmediatamente al banquero y recibe su Título de Propiedad.
- Si una tira de de los dados lleva a una empresa de servicio público que ya tiene propietario, el jugador debe pager 4 0 10 veces el número arrojado por los dados, según que el jugador propietario poses una o dos cartas.
- Si una carta de Suerte envía al jugador a la empresa de servicio público, el jugador sí debe tirar los dados para calcular el alquiler que debe.
- Cuando un jugador posee las dos camas de empresa de servicio público y una de ellas está hipotecada, igualmente cobra 10 veces el alquiler en la carta no hipotecada.
- Si una carta de Suerte envía a la estación de ferrocarril más cercana, el jugador debe moverse hacia la más cercana en la dirección del tablero (no hacia atrás).
- Cuando el jugador va a parar a las casillas de Suerte o Caja de Comunidad, toma una carta del montón correspondiente y sigue las instrucciones que recibe.
- Hay dos casos en los que se queda con la carta; son los que permiten salir de la cárcel. Su lema es «Salga de la cárcel».
- Si un jugador debe pager un impuesto o una multa, lo hará al banco.
- Si el jugador es enviado a cualquier otra casilla y pass por la salida, cobrará una cantidad de dinero.
- Cuando el jugador es enviado a la cárcel, la ficha va directo de la casilla en que está ubicada a la de la cárcel. Si el jugador va a parar a la casilla de la cárcel sin ser enviado a ella, se considera una simple visita y no es cargado con ninguna sanción. Cuando un jugador ha sido enviado a la cárcel, debe esperar el próximo turno para liberarse, sea cual sea la manera en que lo haga.
- Durante su estancia en la cárcel, el jugador puede percibir los alquileres, construir sobre sus terrenos, comprar, vender o hipotecar sus propiedades.
- Si un jugador aterriza en una casilla con propietario, éste cobrará el alquiler de acuerdo con las tasas establecidas en su Título de Propiedad. Si la propiedad está hipotecada, el propietario no puede cobrar alquiler. En este caso, y para que quede claro, el título de propiedad estar»á vuelto boca abajo. Si el propietario posee todas las propiedades de aquel color sin edificar, puede doblar el alquiler (aunque tenga hipotecadas propiedades de otros colores). Si hay alguna propiedad hipotecada de este color, no se puede cobrar el doble, ya que se considera incompleto el grupo.
- Si el propietario no reclama el alquiler antes de que el próximo jugador realice su tirada, pierde la suma.
Y también es posible construir hoteles y un montón de cosas más… como la vida misma… aunque no hay que olvidar que solo es un juego 😉