Cada vez somos todos un poco más conscientes de lo que supone aceptar una herencia pues, con los posibles beneficios que podamos obtener del fallecido estamos aceptando también cualquier carga o deuda que tuviera. Eso ha provocado que cientos de herencias se queden cada año en el aire, es decir, que renunciemos a ellas y, por tanto, sea el Estado quien se quede con dichos beneficios (a no ser que un segundo sucesor quisiera hacerse cargo de todo).
No es extraño que cuando heredamos alguna vivienda, ésta se deba compartir con hermanos o familiares a partes iguales e incluso que venga con una hipoteca como regalito y hablamos entonces de un proindiviso. En pocas palabras, un proindiviso significa que una propiedad pertenece a varias personas y, por ende, tú sólo tienes una parte de la misma, eres copropietario.
En las familias bien avenidas eso no es un problema pues, normalmente, se suelen poner de acuerdo a la hora de vender, alquilar o quedarse la vivienda heredada. Sin embargo, hay muchas familias que, bien por problemas personales previos o bien por problemas económicos, empiezan a tener visiones muy diferentes de lo que se debería hacer con la herencia y esto trae consigo dolores de cabeza y muchísimas complicaciones. Llegados a este punto hay mucha gente que decide apartarse y dejar que sean el resto de los afectados quienes decidan y tomen las decisiones oportunas, todo con tal de no acabar con un estrés de aupa, pero hay otra opción que muy pocos conocen: vender tu parte de la herencia.
La venta de una herencia proindiviso es totalmente posible, de hecho hay empresas especializadas como Proindivisos Levante, cuya actividad comercial radica básicamente en este tipo de transacciones. Ellos compran tu parte de herencia, librándote así de los problemas originados por esta situación, y serán ellos quienes entrarán a negociar con el resto de beneficiarios de la herencia. Además, para ellos que el inmueble venga con deudas u otros pormenores (hipotecas, inquilinos morosos o no, embargos, etc.) no es un hándicap pues estudian la situación y te trasladan su oferta con un calendario de pagos sin compromiso alguno.
Usufructos
En ocasiones la vivienda en la que residimos, propiedad de otra persona, pasa como herencia, al fallecer, a sus hijos o nietos. En estos casos la ley nos ampara otorgándonos el usufructo. Esto significa que podemos disfrutar de la vivienda, de la que no somos propietarios, hasta el final de nuestra vida y, tras nuestro fallecimiento, los herederos del propietario del inmueble podrán disponer de él.
Sin embargo, esto a veces también trae problemas con los herederos que quieren vender la vivienda y les es imposible ya que la ley nos ampara y esto trae consigo una situación incómoda. En estos casos Proindivisos Levante también compra la nuda propiedad de un inmueble siempre que el usufructuario sea mayor de 75 años y, por ende, libera del problema a todos los afectados.
Este tipo de negociaciones han empezado a tener ahora mucho éxito pues, de un tiempo a esta parte, son muchas las familias que se han visto en situaciones similares a las anteriormente descritas que han optado por alguna de estas opciones para acabar con el problema cuanto antes.