El ahorro es la base de la comodidad, dicen. Sin embargo, en ocasiones, la hipoteca obliga a que gastemos todos nuestros ahorros y a final de mes no quede nada de “margen” en la cuenta bancaria. Sobre todo si, además de pagar un piso, local o el inmueble que sea, disponemos de una empresa industrial, para la que en algún momento haya que tirar de ahorros. Es mi caso. Hasta hace unos meses tenía que hacer malabares para cuadrar el final de mes con todos los gastos empresariales y derivados de la hipoteca que tengo para pagar la nave. Hasta que descubrí Tierra Tech Ultrasonic Cleaning Systems y empecé una serie de reducciones de precio en determinadas tareas para mi empresa.
Quizás os parezca extraño, pero una de las actividades que más presupuesto me acarrea en la empresa es la limpieza. Sobre todo porque para limpiar las piezas hay que parar las máquinas y, después de volverlas a colocar, encenderla implica un coste de arranque muy elevado. Además, por otra parte, la nave industrial es muy grande y lo que se refiere a la propia limpieza de la superficie ya supone un elevado coste de personal, materiales de limpieza y todo lo demás. Si a eso le sumamos que la nave necesita de una limpieza a fondo casi cada semana, el coste que se deduce de esta actividad es elevadísimo, algo que sumado a las compras a proveedores, los sueldos de los trabajadores y el propio pago de la hipoteca de la nave, suman un montante demasiado elevado para que la empresa lo soporte.
Menos mal que para lo personal no tengo más hipotecas pendientes: la casa ya la pagué, por suerte, y el coche también es de mi propiedad desde hace un par de años. Quizás por eso me pude lanzar a comprar la nave con el fin de que el dinero que pagaba de alquiler se materializase en algo de mi propiedad. La verdad es que estoy contento con la decisión. Siempre lo he estado. Pero los primeros meses sí que me sentía un poco más ahogado. Entonces, como os decía antes, empecé a descubrir una serie de empresas que ofrecían servicios similares a los que yo tenía, con la salvedad de que el precio era mucho más asequible y acondicionado a la situación que yo estaba atravesando como empresario.
Los primeros cambios que realicé fueron pequeños. Cambios de proveedores en lo referente, por ejemplo, a palets y estanterías. O un cambio en la gasolina de las máquinas retráctiles que se mueven por el interior de la nave, sin que perdiesen la calidad y la potencia. Sin embargo, todavía necesitaba algo más. Un amigo que tiene una empresa en el mismo recinto que la nuestra me habló de las máquinas de limpieza por ultrasonidos, una técnica novedosa, al menos para él, que acababa de instalar en su nave y que le había llevado a ahorrar tanto en el tiempo invertido, ya que la máquina tenía que estar mucho menos tiempo detenida para que las piezas que había que extraer se limpiasen, como en las entregas, ya que los moldes acabados eran entregados al cliente mucho antes porque el proceso de limpieza final se agilizaba de forma extraordinario. Y, evidentemente, todo esto repercutía en un aumento de ingresos y dinero en el balance de final de mes de su compañía.
A los pocos días me acerqué a su nave a ver cómo funcionaban las máquinas y quedé prendado. Si yo me hiciese con una de esas máquinas de limpieza por ultrasonidos, la cara de mi empresa cambiaría y el pago de la hipoteca dejaría de ser un problema. Por eso me decidí a pedir consejo a los que ahora son mis socios, Tierra Tech Ultrasonic Cleaning Systems, que me ayudaron a decidirme por la máquina que mejor iba a solventar mis problemas en la empresa. Desde el primer momento, los compañeros se volcaron conmigo, acudieron a mi nave para conocer el trabajo que hacíamos allí y a mis trabajadores y compañeros, incluso estudiaron cuál sería la mejor situación para la máquina. Desde entonces soy un empresario feliz, mi taller siempre está limpio y el rendimiento es óptimo e inmejorable.